Poder de Apicultura
Si vas a Miches, pasa por el mercadito de Reyna Cotes, una mujer muy amable, con mucha paciencia, y encantada de contarte una historia. Así fue como Reyna nos contó sus vivencias como apicultora luego de conocer el Proyecto de Adaptación basada en Ecosistemas Localmente, dirigido localmente en zonas ecoturísticas propensas a huracanes, dentro de Miches, provincia de El Seibo, República Dominicana. Ella, nos narra:
- Yo empecé con la apicultura porque un día un amigo mío estaba aquí sentado hablando y el dice: “Mi compadre Mateo” – a lo que añade, para aclararnos el rol del personaje en la historia - Mateo, es un señor que ganó un apiario en un concurso, del Seibo Resiliente - “quiere desde hace mucho que yo comience a trabajar en la apicultura, pero yo no tengo terreno dónde hacerlo”. Al yo escucharlo, yo me precipité a responderle rápidamente que si era por el terreno, si no me van a incluir, yo me incluyo sola, y que yo comienzo a trabajar en la apicultura con ustedes también, y así me involucré en las actividades apicultoras.
Reyna consiguió el terreno a la mañana del día siguiente, justo al lado de su casa. Entonces empezó el taller con Santiago Rivas, en el apiario de Mateo. Así Reyna se fue adentrando más y más en el mundo de la apicultura. Con su hermano y hermana, asistían a todos los talleres que pudiésemos. Sin embargo, ya cuando habían llegado a la “Escuela de Campo” de Seibo Resiliente, ya estaban terminando la jornada de talleres.
Por dicho percance, Reyna nos replica con ojos llenos de entusiasmo, y un tono de voz vibrando de alegría, lo que le preguntó al instructor ese día: “Santiago, ¿cuándo va a haber otra Escuela de Campo?, porque a mí me interesa aprender de verdad”. A lo que Santiago, el técnico, instructor del taller, le respondió: “Mire, yo le voy a mandar a alguien para allá, que la va a ayudar”.
Luego Santiago se contactó con Nidia, técnica de REDDOM, y así Nidia trajo el Proyecto a la comunidad. Iniciaron los talleres y yo invité a mi hermano, a mi hermana…, ahora somos 6 de esta comunidad.
Reyna tiene un cuadernito en el que anota los nombres, números de teléfono…entonces se acuerda de los instructores, de sus compañeros apicultores, de todo…nos comenta que el técnico Santiago impartió los talleres del Proyecto, conjunto un señor que se llama Chaguito, y nos dio muy buenas prácticas en su apiario como parte de su taller.
Reyna nos dice - “nos hemos ido desarrollando como apicultores sostenibles, pero todavía nos falta aprender mucho, y yo quiero seguir aprendiendo, porque yo quiero tener una buena independencia económica ya”- entonces nos habla de sus sueños - “ya yo quiero poder salir un domingo para la playa a relajarme, que es lo que todo ser humano en algún momento desea, y se va a lograr si. Mi meta es: yo conformar un apiario de 50 cajas de abejas mías, después eso, tener otros apiarios”.
Reyna nos explicó cómo la apicultura la relaja rotundamente, brindándole un balance y un objetivo que le apasiona, entre su principal fuente de ingreso, un pequeño mercado a un lado de la carretera en su pueblo, del cuál ella es la dueña, y la atendiente.
“Uno bota el estrés, es muy relajante, uno está sola, hablando con uno mismo, y las abejas te escuchan” – nos expresa.
Mientras, la Fundación le entregó al apiario de Reyna y sus hermanos, 30 cajas, las cuales pasaron por un proceso de inspección de calidad antes de entregarlas.
Reyna y sus hermanos no han cosechado miel aún, porque se han dedicado a rescatar abejas. Ya ahora les llaman de los hoteles a rescatar abejas, ya que conocen el Proyecto.
“Y el otro día una señora nos llamó para que rescatáramos un panal, que tenía en su casa. Y hay que tener en cuenta que antes de los talleres impartidos por el Proyecto, no sabíamos cómo salvar abejas.
Por otro lado, en el apiario, tienen una caja de hace 6 meses con abejas rescatadas, que está empezando a producir. Y han ido aprendiendo que tiene que existir una buena floración para gozar de una buena cosecha de miel. Y, así, en la comunidad, han aprendido la importancia de plantar flores. Ya que sin buena floración no hay buena cosecha.
Reyna añade, que, con los talleres del Proyecto, conoció a Loretta, una apicultura de Higüey. Loretta tenía el contacto de otras mujeres apicultoras, y así fue cómo Reyna conoció a otras mujeres apicultoras, y juntas han formado un equipo de apicultoras con integrantes de todo el país, incluso algunas internacionales.
Reyna nos despide ese día con una frase muy genuina: “Yo trabajo para sobrevivir, pero con las abejas es más que sólo eso”.
En Miches, la población depende de la agricultura, la pesca y el turismo como principales actividades económicas para subsistir. Este municipio costero alberga dos Refugios de Vida Silvestre - Laguna Redonda y Laguna Limón - así como ecosistemas de manglar, drago y forestales. Estas zonas están muy expuestas a huracanes y tormentas, y se ven afectadas por el uso de agroquímicos, la sobrepesca, la extracción de materiales de los ríos, la deforestación de las cañadas y la sedimentación de los arroyos.
Para aumentar la resistencia de la población a los huracanes y las tormentas y mejorar la gestión de los ecosistemas costeros y marinos, el Proyecto del Fondo para la Biodiversidad del Caribe, a través de REDDOM y la CEBSE, está adoptando un enfoque de adaptación basado en los ecosistemas y dirigido a nivel local para: catalizar acciones sostenibles y de colaboración; reforzar la toma de decisiones con información científica y la creación conjunta de soluciones; entrelazar la gobernanza y los intereses económicos, medioambientales y sociales; reproducir experiencias anteriores que impliquen la participación de múltiples partes interesadas; y ampliar las iniciativas de silvicultura de manglares y drago.